Extraían sangre en taller de pintura y mecánica para venderla

La publicación de Diario Libre que detalla cómo una red mafiosa se articula para traficar sangre en el país y venderla hasta en un colmado, ha despertado las alertas en el sector médico nacional y, desde el Minis- terio de Salud Pública, se inició una investigación que podría terminar en el Ministerio Público.

Sin embargo, la actividad no es nueva, y entre los directores actual y pasado del Hemocentro Nacional se reconoce una práctica vieja en que la sangre es traficada en condiciones que violan los protocolos sanitarios y ponen en riesgo la salud de los posibles receptores.

La proliferación de bancos de sangre que operan sin habilitación, envíos en motoconcho, sangre guardada en closets o extraída en un taller de mecánica, conforman el contexto en que se da ese negocio irregular, a decir de Pedro Sing y Sócrates Sosa, actual y pasado director del Hemocentro, respectivamente.

El doctor Pedro Sing señala que se trata de un problema crónico, pero grave, y que se debe profundizar en las personas que están procesando la sangre.

“La parte del colmado ha dado muy duro… ellos (los que venden) no tienen domicilio, es gente que está afuera y que les llaman los vampiros, personas sin escrúpulos. Y eso se ha incrementado aparentemente”.

Sing indicó que en el caso que, conforme detalla el reportaje de Diario Libre, se procesó a tres personas en 2017 por dirigir un laboratorio clandestino de extracción por paga, los testimonios de entonces indicaban que “había gente con sangre hasta en los closets”.

Durante una investigación de Diario Libre, publicada este lunes 31 de mayo bajo el título “Venden sangre hasta en un colmado”, se comprobó cómo personas ajenas a las instituciones sanitarias comercializan con la sangre, sea vendiendo “donadores” o directamente el líquido, y violan los protocolos de salud que establecen el manejo adecuado para tratarla.

La mafia se vale de indicaciones y récords médicos falsos, y una cadena de contactos clave distribuidos en zonas cercanas a hospitales y bancos de sangre, y de centros clandestinos de extracción.

Uno de los puntos en que opera, en los alrededores de la Cruz Roja Dominicana, en el Distrito Nacional, se pudo comprar sangre a un hombre que de forma discreta fue a buscarla a un colmado cercano.

La entregó en un envase plástico, y dentro de una funda negra con hielo, sin embargo, cuando se intentó analizar la sangre en un laboratorio, el estudio no fue posible debido a la descomposición del tejido, a causa del mal manejo. Se recomendó desecharla de inmediato.

El doctor Sócrates Sosa, quien fuera por 16 años director nacional del Bancos de Sangre del Ministerio de Salud Pública, recuerda que en el tiempo que estuvo en ese cargo, llegaron a cerrar unos ocho bancos de sangre porque operaban sin habilitación.

Una de las cosas que llegaron a encontrar era que muchos no tenían planta eléctrica para operar, las que son requeridas para poder mantener las neveras con las temperaturas de unos 8 grados requerida para la sangre.

“Hemos visto establecimientos que te envían la sangre con un motoconcho, y así no puede ser, porque se pierde la cadena de frío”. Uno de los riesgos de perder la temperatura de la sangre es que ésta hace hemólisis, una destrucción de los glóbulos rojos que, en caso de ser transfundida en tales condiciones, puede también destruir la sangre del paciente que la recibe, según los especialistas.

En los casos de entonces, encontraron que personal de seguridad, porteros y motoristas estaban involucrados.

Otro de los hallazgos en la Dirección, fue un laboratorio para extraer y despachar sangre que operaba en un taller de pintura y mecánica. “Ahí iban los donantes y lo entregaban”, recuerda Sosa, que entiende necesario que las actuales autoridades hagan una revisión de los bancos de sangre que existen en el país.

Cuestiona que hay algunos cuya producción es de 300 unidades por año, lo que resulta insostenible ante lo costoso de procesar el tejido líquido.

También insiste en la necesidad de que entre en operación el Hemocentro Nacional, del que fue su impulsor, con el que resolverían el que la sangre ande de mano en mano enviándola en condiciones inapropiadas.

El planteamiento lo comparte Pedro Sing, que entiende que la venta ilegal de sangre ocurre por la existencia de laboratorios pequeños que tienen pequeñas neveras y donde hacen escasas pruebas de control. Dice que eso podrá controlarse una vez el Hemocentro esté operando. Insiste en que en junio entraría en fase piloto.