Heridas que no cierran

 A pesar de hay quienes pue­den superar una pérdida familiar con mucho éxito, existen otros que no; inclu­so, hay varios a quienes ese evento les modifica gran parte de su comportamien­to. En este sentido, Tahiri López, psicóloga pedagó­gica, puntualiza que, ante ciertos episodios, como la pérdida de un padre, si un infante no es tratado ade­cuadamente, existe el ries­go de generarse un cuadro psicológico complicado.

Subraya que podría ser aún peor cuando se es cons­ciente de que hubo descui­do por el familiar, pues cabe el riesgo de que no quiera perdonarle a su fallecido el hecho de descuidarse hasta llegar a la muerte.

Riesgos innecesarios
Cada año las estadísticas muestran cómo por falta de chequeo a tiempo tan­tas mujeres mueren de cáncer. De igual forma, son numerosas las damas que desarrollan otras en­fermedades crónicas y ca­tastróficas debido a la tar­danza en la revición.

Justamente por descui­dar ciertas señales de alerta es que miles de madres han llegado a extremos críticos, dejando familias muy lasti­madas. Un caso es el de Án­geles Pérez, una joven que perdió a su madre, y entre varias de sus lamentaciones está la de saber que ella no estará para ver sus logros más importantes, como su graduación.

Explica que en una oca­sión su mamá notó un bul­to extraño, y por temor o la razón que fuera, lo dejó sin revisión. Tiempo depués, cuando eso se le reventó, ya era muy tarde.