Historias de éxito: de chófer de carro de “concho” a dueño de 34 tiendas

Si quiere conocer un ejemplo de esfuerzo y trabajo duro ese es el de Don Abel, quien después de iniciar varios negocios pequeños se mudó de Piedra Blanca, Bonao, a la Capital donde agarró el volante de un carro y empezó a “conchar” desde el popular sector de Herrera hasta la avenida Duarte esquina París. Hoy es el dueño de L&R Comercial con 34 tiendas en el país.
 
Abel Lachapelle, es de los que se puede llamar un hombre de éxito, tras un arduo y laborioso camino emprendido en compañía de una única esposa durante más de 50 años. Todo comenzó con un ahorro que ambos hicieron durante su época de novios  en los años 70. Su capital de trabajo, fruto de sus ahorros, apenas alcanzaba a RD$470.
 
Ya casado con su novia Aida Serrata deciden abrir una pequeña tienda que luego convirtieron en farmacia bajo la administración de doña Aida en la zona de Herrera, luego abrieron otra más en el mismo sector de la Capital. En Santo Domingo él se dedicó a conchar en la ruta de Pintura a la avenida Duarte y dos años después vendió el carro de concho y compra una camioneta y se dedica a comprar para la reventa ropas usadas de paca.
 
En 1982 ya había cerrado esos negocios para abrir una tienda de electrodomésticos en la famosa “Esquina Caliente, del barrio de Herrera” y hoy todos conocen como L&R Comercial.
 
Don Abel no terminó sus estudios de bachillerato. Cursó solo el segundo año de bachiller, porque su tiempo estaba dedicado exclusivamente a los negocios, aunque con los años hizo un curso de contabilidad, lo que le ayudó a llevar a cabo los compromisos asumidos con mayor facilidad. Genera más de  800 empleos directos.
 
Sus inicios
 
L&R Comercial comenzó  con el nombre de Compraventa L&R, negocio que comenzó con la venta de abanicos y se fue haciendo grande y llevó a Don Abel a moverse a un establecimiento ubicado en la calle Isabel Aguiar #312 y a poner una sucursal en 1995 en la misma zona de Herrera. Su campo es la venta de muebles y electrodomésticos.
 
“No soy nadie especial, solo un hombre de trabajo”, afirma. Se dice seguidor de  Domingo Luzón, que fue quien  le enseñó a trabajar.
 
También sigue las ideas de don José Luis-Pepín- Corripio y del presidente del Banco Popular, porque cree que ellos trabajan de manera trasparente y él siempre ha contado con su apoyo, dice. Don Abel, tiene una extensa familia de hijos y nietos.