Identifican el origen genético de la insuficiencia ovárica primaria
Un equipo de investigadores españoles identificó una variante genética que provoca insuficiencia ovárica primaria, una de las principales causas de infertilidad femenina, que afecta a entre el 1% y el 3% de las mujeres menores de 40 años.
La infertilidad es un problema de salud pública que afecta a cerca del 12 % de las parejas en edad fértil en todo el mundo y, aunque muchas de esas infertilidades tienen un origen desconocido, se cree que muchos casos pueden ser de origen genético.
Hoy, un grupo de investigación del Centro de Investigación del Cáncer (CIC) -centro mixto del CSIC y la Universidad española de Salamanca- dirigido por el investigador Alberto M. Pendás, identificó en una familia afectada por la insuficiencia ovárica primaria una variante del gen HSF2BP como responsable causal de dicha enfermedad.
Los resultados del trabajo se publicaron en la revista eLife.
Para profundizar en el mecanismo por el cual la mutación en el gen provoca la infertilidad, los investigadores identificaron una proteína desconocida hasta ahora, llamada BRME1, que interacciona fuertemente con la proteína HSF2BP y la estabiliza.
La variante infértil humana del gen HSF2BP provoca una reducción de la expresión de la proteína BRME1, que a su vez disminuye la estabilidad de la propia proteína HSF2BP, lo que da lugar a defectos de la división celular meiótica durante la gestación de gametos, que finalmente provocan la insuficiencia ovárica prematura.
“La meiosis es un tipo de división celular especializada, característica de los organismos que producen gametos, para llevar a cabo la reproducción sexual”, explica Pendás.
Los errores producidos durante este proceso dan lugar a trisomías como el síndrome de Down, abortos espontáneos o infertilidad.
El hallazgo e identificación de la proteína BRME1 “aportan nuevos e importantes conocimientos sobre los mecanismos moleculares que gobiernan una nueva y desconocida proteína esencial para la recombinación meiótica”, explica Natalia Felipe-Medina, primera autora del trabajo.
Para demostrar el papel de las proteínas HSF2BP y BMRE1, los investigadores generaron y estudiaron ratones modificados genéticamente que llevaban tanto la variante infértil humana en el gen HSF2BP como la deleción del gen HSF2BP y BRME1.
Así, pudieron comprobar que los ratones deficientes en el gen HSF2BP eran estériles por defectos meióticos casi idénticos a los ratones carentes del gen BRME1, mientras que los ratones humanizados con el gen HSF2BP presentaban alteraciones sutiles en la recombinación meiótica, que provocaban una disminución de su fertilidad.