Inglaterra despide las restricciones anticovid y Tokio teme un brote en los Juegos
En plena crecida de contagios, Inglaterra levantó este lunes casi todas las restricciones sanitarias para contener el covid-19, mientras que en Tokio empiezan a alarmarse ante un posible brote en la villa olímpica a cuatro días del inicio de los Juegos Olímpicos.
En las primeras horas del que se ha llamado «Día de la libertad», miles de jóvenes asaltaron las discotecas de Londres, ávidos por disfrutar de la fiesta sin restricciones.
Pero en el conjunto del país reinaba cierta cautela, lejos de la euforia despertada meses atrás con el fin del duro y largo confinamiento invernal.
El primer ministro Boris Johnson inició esta nueva etapa aislado tras haber estado en contacto con su ministro de Sanidad, Sajid Javid, que dio positivo al covid-19.
Salas de espectáculos y estadios reabrieron a plena capacidad, las discotecas volvieron a funcionar, la distancia social y el uso de la mascarilla ya no son obligatorios, aunque se recomiendan en transportes y comercios y se exigen en el transporte de Londres.
Boris Johnson se limitó a pedir «prudencia» y desoyó los ruegos de un grupo de influyentes científicos internacionales que advirtieron del «riesgo de socavar los esfuerzos de control de la pandemia no solo en el Reino Unido, sino en otros países».
Reino Unido es de los países más enlutados de Europa por la pandemia, con 128.700 muertos, y registra el mayor número de contagios diarios en el continente. Actualmente son más de 50.000, pero el gobierno considera que pueden llegar a 100.000 durante el verano boreal.
El número de decesos está contenido (unos 40 por día) pero aumenta, lo mismo que las hospitalizaciones.
En Tokio, a cuatro días de la inauguración de los Juegos de 2020 aplazados por la pandemia, crece la preocupación por la detección de varios casos de covid-19 en la villa olímpica, entre ellos algunos deportistas. Todos ellos fueron aislados, así como sus contactos estrechos.
«Es inevitable que tengamos casos», admitió el domingo Christophe Dubi, director de los Juegos en el Comité Olímpico Internacional, mostrándose comprensivo a los temores de parte de la población japonesa.
Casi todas las pruebas se disputarán sin público y las decenas de miles de participantes de los Juegos, desde periodistas a oficiales, pasando por la prensa extranjera, están sometidos a restricciones draconianas.
En Europa, donde varios países sufren una expansión de la pandemia pese a las campañas de vacunación, la reimposición de restricciones sanitarias se está encontrando con el rechazo de algunos sectores.
Durante el fin de semana, miles de personas se manifestaron en Chipre y más de 110.000 en Francia para protestar contra las medidas aprobadas para contener el avance de la contagiosa variante Delta.
En España están regresando las restricciones parciales, con el toque de queda nocturno en Barcelona y Cantabria.
El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) advirtió de un fuerte repunte de los nuevos casos en las próximas semanas, que se podrían multiplicar por cinco de ahora a comienzos de agosto.
Por contra, el incremento de fallecidos y hospitalizados se prevé menor gracias a las vacunas.
Con más de 131.000 nuevos casos diarios de media en los últimos siete días (lo que supone un aumento del 41% respecto a la semana anterior), Europa es una de las regiones de mundo con más circulación del virus.
Asia encabeza esta estadística, con una media de 153.000 casos al día y países duramente castigados por nuevos brotes como Indonesia, Birmania o Tailandia.
En este turístico país del sureste asiático están viviendo la peor ola de covid-19 desde el inicio de la pandemia, con hospitales saturados y críticas a una lenta campaña de vacunación.
La policía empleó el domingo balas de goma, gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a manifestantes que protestaban en Bangkok por la gestión gubernamental de la pandemia.
En Birmania, la ola se produce en medio del caos desatado tras el golpe militar de febrero. Las huelgas contra la junta vaciaron los hospitales de personal y muchos enfermos mueren en casa.
Los grupos de voluntarios que van casa por casa llevando cadáveres a los cementerios trabajan a destajo. «Nos descansamos», cada día «mi equipo recupera entre 30 y 40 cuerpos», explica Than Than Soe.
En Australia, las autoridades de Melbourne decidieron alargar el confinamiento impuesto en la segunda ciudad del país para contener el actual brote de la variante Delta en el país.