Intensivistas cuentan a LISTÍN lo que pasan en UCIs con enfermos graves

La manera rápi­da como evo­lucionan hacia la gravedad; los daños que sufren pulmones, riñones, hígado y corazón; la inci­dencia de la obesidad, dia­betes e hipertensión en los peores pronósticos y la pre­sencia de jóvenes entre ellos consumidores de ho­okah entre los más compli­cados, son algunos de los hallazgos que más llaman la atención de tres médicos intensivistas que desde el inicio de la epidemia están atendiendo a pacientes crí­ticos con Covid-19.

A esto se suma el hecho de tener que acostumbrar­se a trabajar con indumen­taria y otras herramientas de protección que hacen más complicado el abor­daje hacia el paciente, y tener que hacer cambios a lo interno de las familias que implican aislamiento y separación física de pa­dres, hijos y esposas para evitar contagios.

El impacto de luchar cada día para salvar la vida de los que caen en gravedad por el Covid-19 fue narrado a Lis­tín Diario por los intensivis­tas Pablo Yunes y Carlos Al­berto Difó de la Unidad de Cuidados Intensivos de Co­vid de Cecanot, donde se han atendido unos 160 pacien­tes con un promedio de ocu­pación diaria de 30, y César Gamalier Matos, cardiólogo intensivista del Hospital Ge­neral de la Plaza de la Salud (HGPS) donde han ingresa­do 96 pacientes en intensivo desde el inicio de la epidemia en el país.

Aunque entre los que más se complican son ma­yores de 60, los que tie­nen hipertensión, diabetes, obesidad y otras enferme­dades de base, también lo han visto en personas jó­venes que no tienen nin­guna co morbilidad, por lo que la respuesta fisiológica del paciente juega un papel importante en el compor­tamiento del Covid-19.

Estos pacientes presen­tan síndrome de distres respiratorio agudo (afec­ción pulmonar que impi­de la llegada de suficien­te oxígeno a los pulmones y a la sangre), con niveles de laboratorio muy altos, con pro trombosis, déficit en la inmunidad celular, daños pulmonar, renal, hepáticos, problemas car­diacos, arritmias, miocar­ditis, insuficiencia cardia­ca, daño hepático.

Sus experiencias

1). Dr. Yunes: La soledad de los pacientes

“Al ser una enfermedad de contagio, los familia­res no pueden estar con el paciente y eso hace que se sientan solos. Algunos me preguntan doctor me de­jaron algo ahí afuera o no han preguntado por mí”, cuenta el doctor Pablo Yu­nes, quien está en la línea de fuego del Covid aten­diendo a pacientes críticos en la UCI de Cecanot.

Ha atendido pacien­tes complicados de 22 y 96 años, pero la mayor complicación está entre los que tienen más de 70 años. Son pacientes que necesitan vigilancia estric­ta y permanente.

Cambia la vida

“Es algo que te ha cambia­do la vida, no te permite desenvolverte ni siguiera libremente como médico, hay que estar vestido co­mo si fuera para una gue­rra biológica que impide la habilidad de maniobra pa­ra intubar, hacer otros pro­cedimientos y luego de ese esfuerzo, lo más difícil es que cuando se sale a la ca­lle se ve que todo está nor­mal”.

En la casa

“A esto se suma que no puedo compartir con mis hijos, estoy aislado en ca­sa porque estoy en contac­to con ese tipo de pacien­tes, tengo una habitación para mí, saludo los hijos de lejos y si voy a tomar agua salgo y me pongo mi masca­rilla, es como si yo estuviera enfermo”, cuenta.

2. Dr. Matos: la atención en estas condiciones genera estrés

El doctor César Gamalier Matos, gerente de medicina crítica del HGPS, ha visto 96 pacientes con Covid en cui­dados intensivos, la mayo­ría mayores de 60 años, pe­ro ha tenido dos de 27 años, uno con una cirugía cardiaca previa por enfermedad reu­mática y el otro sin patología de base. El mayor ha sido de 95 años.

Entre los que más se com­plican cita a los hipertensos masculinos y los obesos. En­tre las mujeres las de peor pronósticos son las hiperten­sas, diabéticas y obesas.

Impacto

Los pacientes que más im­pactan al doctor Matos son los más jóvenes, “hemos visto de 27, 29 y 39 años con enfermedades co mór­bida o consumidores de ho­okah que le ha ido mal des­de el punto de vista de la evolución, aunque se han recuperado. Los que usan hookah nos han dado mu­chos problemas en ventila­ción mecánica y bastante esfuerzo hay que hacer pa­ra recuperarlos”.

Cambio de vida

Con más de 25 años co­mo médico intensivista, el Covid le ha cambiado la vida de manera signi­ficativa al momento de ejercer, porque lo prime­ro es la protección que debe usar para acercar­se al paciente, a lo que se suma el estrés que eso le genera.

“Cuando un paciente ha­ce un evento abrupto co­mo una parada cardiaca, ya no se puede salir corrien­do como en circunstancias normales a reanimarlo, si­no que primero hay que po­nerse la indumentaria de seguridad para evitar con­tagios”, explica.

En la casa

“A mi padre lo envíe a casa de un familiar para evitar te­ner contacto con él porque tiene 91 años, a mis hijos los veo y le digo ‘bye bye’ de le­jos y a mi esposa le agarró la pandemia fuera del país, cuidando una de nuestra hi­ja embarazada, así que ima­gínese, sobreviviendo con la ayuda de Dios y haciendo el mayor esfuerzo posible”.

3 Dr: Difó: La falta de aire genera sufrimientos

“La falta de aire genera sufri­mientos a los pacientes cuan­do están despiertos, por eso es que los cedamos para que estén durmiendo y no sufren. Una de la parte importante de la medicina es que el paciente duerma y descanse”, señala el doctor Carlos Alberto Difó.

Ha visto pacientes en in­tensivos en diferentes cen­tros especializados, pero la mayor cantidad de casos crí­ticos los ha atendido en Ce­canot. La edad más joven que ha visto es de 32 años y la mayoría sobre los 50 años, que son los que más se com­plican. Dijo que la obesidad y el sobrepeso es un factor que está llevando a que los pa­cientes se compliquen.

Impacto

Lo que más le ha impacta al especialista es la alta com­plicación y mortalidad de los pacientes con Covid pro­ducida por el distres respira­torio. “Nosotros ponemos el tratamiento y la ventilación, pero también hay una par­te de respuesta fisiológica del paciente que no depen­de de nosotros. Cuando tira­mos la toalla es porque ya no hay nada que hacer, porque nuestra misión en cuidados intensivos es tratar pacientes complicados, sin importar la edad”.

En la casa

No ha visto sus familiares en dos meses, sus abuelos son diabéticos e hipertensos y con enfermedad cardia­ca, así que no se le ocurre ir a verlos para evitar ponerlo.