Juana Castillo, estrella del óvalo, mancha su carrera

Juana Castillo (Nachy) se lastimó su tobillo en tan solo la segunda prueba de las siete que plantea el heptatlón del campeonato NACAC sub-23 de 2006 (julio 7-9), en Santo Domingo. Pese a eso se mantuvo en la competencia y así alcanzó la medalla de plata al sumar 5,766 puntos, detrás de la cubana Gretchen Quintana (5810).

Al finalizar la competencia debió ser reacondicionada de su tobillo por su preparador físico Emilio Fernando Rodríguez (La Crema), porque tenía de frente los Juegos Centroamericanos y del Caribe Cartagena 2006, donde otra vez ganó la plata (5664) detrás de la también cubana Yudalis Limonta (5952).

Eso es a nivel superior. Ya en el 2003, Castillo demostró su potencial al conquistar el oro del Panamericano juvenil, con 5381 puntos.

Son solo algunas de sus marcas. Eran buenos tiempos para la nativa de La Higuera, El Seibo, que también posee el récord nacional del heptatlón con sus 5860, sumados en el Iberoamericano de Ponce, Puerto Rico, en 2006.

Y eso no incluye los Juegos Deportivos Militares en los que reinó varias veces.

Hoy las cosas son poco sonrientes para esta antigua súper atleta, de 36 años, cumplidos el 17 de junio, luego de verse involucrada en la muerte de su pareja Luis Disla, de 20 años.

Su infortunio se produjo la madrugada del martes, luego de una discusión en la que estuvieron presentes dos de sus cuatro hijos. La razón de la discordia con Disla fue porque él era “muy celoso”, además “la presionaba mucho y quería revisarle su parte íntima violándole su dignidad”, narra su abogado, Guillermo Nolasco, y agrega que la relación entre Castillo y Disla era de “siete meses”.

Antes del hecho “Nachy” en busca de evitar conflictos tomó a sus dos hijos y se fue a casa de su madre y rechazó la solicitud de su pareja de que regrese a la casa, advirtiéndole de que solo retornaría cuando él abandone la vivienda que compartían.

Según Nolasco “él estaba llamándola persistentemente”, hasta que finalmente le dijo que se marcharía a “Higüey”, pero cuando Nachy retornó a la casa alrededor de las 7:00 p.m. del lunes lo encontró acostado. Hasta ese instante todo iba normal, pero a eso de las 11:00 p.m. él le da una “palmadita” en el rostro a la exatleta, quien reacciona y se va al baño. Disla alegadamente la persiguió hasta allí con una tijera. Acto seguido se produce un forcejeo tras el cual ella se hizo del arma y le propina una estocada “una pulgada por encima de la tetilla izquierda”.

Disla le reclama que está herido y Castillo lo lleva en un vehículo hasta el hospital de la provincia, Teófilo Hernández, donde recibió sutura, en lugar de un procedimiento en el que se observe qué tan profunda fue la herida, señala Nolasco.

Plantea que Disla pudo salvar su vida si no hubiera existido negligencia médica. A las 11:00 a.m. del martes, fue trasladado al Hospital Regional Dr. Antonio Musa en una ambulancia, pero falleció en el trayecto.

Por la sospechada desidia, Nolasco pedirá “que se le haga un procedimiento de necropsia -a Disla-, ahí tienen que decirme la posibilidad de negligencia”.

La fiscalía debe de reunir las evidencias, labor que terminaría la tarde de ayer. También pediría, “el viernes o el lunes”, prisión preventiva “en razón de la existencia del muerto”.

El Comité Olímpico Dominicano anunció ayer que prestará asistencia legal a Castillo.

La escena del crimen debió ser revisada procesada y documentada por la policía científica, “pero aquí en El Seibo no existe ese cuerpo, solo existe en La Romana”. Nolasco dijo que va “a peticionar una garantía económica, o una prisión domicialiria, o cualquier otra medida, porque ella también ha sido víctima”.

Hasta la tarde ayer, Castillo estaba en el cuartel de la policía de El Seibo.