«La Carcelita» causa espanto: “El que cayó preso se embromó”

“El que cayó preso(en la cárcel de Bella Colina) se embromó, y más en es­te país”, manifestó Miguel Ángel Abreu, sentado en su motor, mientras espera­ba a una cliente a las afue­ras de la cárcel de Bella Co­lina, que estaba llevando de comer a un pariente reclui­do allí.

Miguel Ángel sabe muy bien por qué lo dijo. Ya ha estado ahí dentro. Y es que, debajo del polvo que se le­vanta por el rodamiento de camiones que derraman ce­mento, sobre una calle he­cha de gravilla, yacen las celdas de más de 100 priva­dos de libertad en una espe­cie de “sótano”, al lado del destacamento policial.

“Ahí estábamos todos sin t-shirts, en ropa interior, por el calor, con un bajo en­cima”, narra sobre un mo­mento le tocó estar tras las rejas.

“Si mi familia no me traía comida, pasaba hambre”, añade.

Miguel Ángel, a quien la policía detuvo mientras tra­bajaba de motoconchista, describe esos dos días de su vida como “los peores”. Quería que su caso se escla­reciera para salir y respirar aire puro y limpio.

“Las celdas son amplias, pero tienen muy poca ven­tilación”, dijo. “No entra mucha luz y la semana pasa­da tuvieron que venir a des­tapar la cloaca”, agregó, re­firiéndose a las fallas en la estructura de la prisión pre­ventiva.

María Rodríguez, la seño­ra que fue a llevarle comida a su hijo, acompañaba al mo­torista diciendo que no era bueno lo que había escucha­do sobre el cuartel, y en su rostro se le notaba preocupa­ción por su hijo.

La mujer sólo comentó: “No importa lo que hayan he­cho, hay que tratar de poner­los en algo mejor, porque son humanos, sobre todas las co­sas”.

Descuido de la PGR
Cintia Guzmán, residente en la calle Respaldo Frambo­yán, que está justo detrás de la cárcel, aseguró que el pro­blema va más allá de que los presos estén en el sótano, porque cuando la inaugura­ron no afectaba a nadie.

La joven se refirió a que la Procuraduría General de la República (PGR), a través de la Dirección General de Pri­siones, no está cumpliendo, como debería, con los proble­mas de hacinamiento y salu­bridad.

Indicó que esos estableci­mientos deben funcionar con las normas de higiene para la conservación y mejoramien­to de la salud física y mental del privado de libertad.

“Y se problema no es sólo en este carcelita. Uno puede pensar que son los coordina­dores del recinto que no ha­cen su trabajo o que no están desempeñando bien su labor, pero no son ellos. Y las cárce­les son peores todos los días”, expresó.

Aridio Marte, dueño de una cafetería, dijo que hay presos que se sienten cómo­dos ahí, y no quieren ir para La Victoria ni a Najayo, “por­que están en condiciones peores”.

Sugieren otro lugar
Algunos de los moradores en el sector Bella Colina, en Ma­noguayabo, consideran que a los internos hay que buscar­les otro lugar y sacarlos del sótano, puesto que “en el ca­labozo sufren maltrato psico­lógico y físico”.

“Ese sótano es un maltrato psicológico y físico para ellos. Eso es para que se ahoguen”, dijo María Rodríguez.

En sus inicios, el recinto fue construido para ser sólo un destacamento, y se con­virtió en una cárcel preven­tiva que aloja a cerca de 240 privados de libertad.

“Gracias a Dios ahí yo no he visto ningún preso sa­lir mal, porque hay cárceles peores, pero se puede hacer una mejoría”, comentó Ari­dio Marte.

Por otro lado, la señora Maritza Martínez se quejó de que debido al descuido de las autoridades tiene que “man­tenerse trancada cuando es­tán limpiando el séptico”.

Proceso judicial
Los privados de libertad que se encuentran en el sótano de la prisión de Bella Colina lle­gan allí de manera provisio­nal, para luego ser traslada­dos al juzgado de Atención de Atención Permanente de Santo Domingo Oeste.

DATOS
Gestiones

Una vez se les conoce la medida de coerción, los reos son retornados al recinto administrado por la Policía Nacional, algunos a espera de la orden de libertad y otros para ser llevados a la cárcel de La Victo­ria o a la prisión de San Luis.

Mientras, reclusos a quienes se les dicta pri­sión preventiva perma­necen en el lugar.

Quejas
Los vecinos denunciaron a las autoridades el mal estado en el que se en­cuentra la calle del des­tacamento policial de Bella Colina.

“El polvo de ese concre­to, de ese cemento ma­ta a uno. Los camiones por no pagar peaje cru­zan por aquí y riegan to­do esa mezcla. Tienen la calle desbaratada”, dijo Manuel García.