Lady Di, un repaso de su vida en su 60 aniversario
La princesa Diana de Gales, fallecida en 1997, hubiese cumplido ahora 60 años. Este es un repaso por la vida de la conocida como la «princesa del pueblo».
Diana Spencer nació en 1961, en el seno de una familia acomodada ligada a los Windsor. La reina Elizabeth II fue la madrina de su hermano y, durante su infancia, Diana jugaba con los hermanos pequeños del que fue más tarde su marido, Andrew y Edward.
A principios de 1981, él le propuso matrimonio y ella dijo que sí. El 24 de febrero, el palacio de Buckingham anunció el compromiso. Carlos, sobre quien pesaba la presión de contraer matrimonio, tenía 32 años, y Diana tenía tan solo 19. Él con un traje gris y ella con un traje azul, posaron en los jardines del palacio.
Tras poner fin a su relación con la realeza, Diana continuó con el trabajo humanitario que había iniciado años antes. Dedicaba su tiempo y esfuerzo a diferentes causas relacionadas con personas sin hogar, con discapacidad o con problemas de sida. El año anterior a su muerte, la princesa se involucró en la lucha contra la fabricación y uso de minas antipersona.
Casi 24 años después de su fallecimiento en un accidente de tráfico en París, la figura de Diana de Gales y lo que representa para muchas personas sigue siendo inmortal. Su carisma, simpatía, empatía y naturalidad, hicieron que destacase en una institución rígida y protocolaria y que se ganase el apelativo de «princesa del pueblo». El día 1 de julio habría cumplido 60 años.
Alrededor de 750 millones de personas vieron en todo el mundo cómo Diana entró en la St. Paul’s Cathedral de Londres con aquel vestido icónico de volantes y lazos, con una cola de siete metros y medio y cómo, con 20 años recién cumplidos, se convirtió en la princesa de Gales.
TRECE VECES QUEDARON ANTES DE CASARSE
Hasta poco menos de un año antes, la novia era una aristócrata desconocida para el gran público que trabajaba en una escuela infantil de la capital británica.
Diana Spencer nació en 1961, en el seno de una familia acomodada ligada a los Windsor. La reina Elizabeth II fue la madrina de su hermano y, durante su infancia, Diana jugaba con los hermanos pequeños del que fue más tarde su marido, Andrew y Edward, y creció en la casa que su familia alquilaba a la reina.
Ella fue la cuarta de los cinco hijos de Edward John Spencer y su primera mujer, Frances Ruth Burke Roche.
Según una anécdota recogida en el libro “The Diana Chronicles” y reproducida por Oprah Daily, en una ocasión el príncipe Carlos, de 17 años, interrumpió a Andrew y a Diana, que tenía cinco, cuando ambos jugaban a tomar el té.
Dos años después, cuando ella tenía siete años, sus padres pusieron punto y final a un matrimonio problemático y los niños se quedaron con el padre. En 1975, se convirtió en Lady Diana Spencer.
Después de pasar por varios internados femeninos, sin que destacase mucho en los estudios, los abandonó con 16 años. Tras acudir a una escuela de etiqueta para la alta sociedad, en Suiza, Diana regresó a Inglaterra y se convirtió en asistente en una escuela infantil.
Durante la entrevista que concedieron con motivo de su compromiso, la pareja contó que se habían conocido en 1977 cuando Carlos, que era amigo de Sarah, la hermana de Diana, visitó la casa de los Spencer durante una cacería.
Lo cierto es que las informaciones apuntan a que, en realidad, lo que unía a Sarah y Carlos era más que una amistad. Fuese lo que fuese no prosperó.
“No hay posibilidad de que me case con él. No estoy enamorada. Y no me casaría con nadie a quien no amo, ya sea el basurero o el rey de Inglaterra”, dijo supuestamente Sarah Spencer en 1978, según la revista Time.
Ya en 1980, Carlos y Diana retomaron el contacto y salieron juntos en algunas ocasiones. “Quedamos trece veces y luego nos casamos”, dijo ella según el relato que se escucha en el documental “Diana: In Her Own Words”.
A principios de 1981, él le propuso matrimonio y ella dijo que sí. El 24 de febrero, el palacio de Buckingham anunció el compromiso.
Carlos, sobre quien pesaba la presión de contraer matrimonio, tenía 32 años, y Diana tenía tan solo 19. Él con un traje gris y ella con un traje azul, posaron en los jardines del palacio y después contestaron a algunas preguntas de la BBC.
DOS HIJOS, INFIDELIDADES Y UN ALMA CARITATIVA
El enlace se celebró cinco meses después. En 1982 nació su primer hijo, William, y en 1984, el segundo, Harry.
La imagen pública de Diana se fortalecía cada día, su elegancia, sencillez y simpatía hacían de ella un personaje querido por el público. Su matrimonio, sin embargo, languidecía en la intimidad.
“Bueno, éramos tres en este matrimonio, así que estaba un poco abarrotado”, dijo Diana en una entrevista con Martin Bashir en la BBC en 1995. Una entrevista que, según ha revelado la cadena recientemente, el periodista consiguió usando métodos engañosos.
La tercera persona a la que hacía referencia Diana era Camilla Parker Bowles, esposa del príncipe desde 2005, con la que aparentemente retomó una relación romántica a finales de la década de los ochenta.
La insatisfacción del matrimonio se tradujo en infidelidades. Diana, supuestamente, también estuvo ligada sentimentalmente a su guardaespaldas, Barry Mannakee, al que, sin citar su nombre, describió en unas grabaciones privadas como su amor más grande.
En la entrevista citada anteriormente, reconoció que su relación con el exoficial de caballería James Hewitt, también fue más allá de la amistad.
Aparte de las terceras personas, Diana sufrió depresión posparto tras el nacimiento de su primer hijo.
“Te despiertas por la mañana sintiendo que no quieres salir de la cama. Te sientes incomprendida y muy deprimida”, dijo.
También lidió con desórdenes alimenticios y la presión y atención constante de paparazzi y prensa sensacionalista. Finalmente, la pareja se separó en 1992. En 1996, llegó el divorcio.
Su popularidad no se resintió, más bien todo lo contrario, tras el divorcio, y seguía siendo una persona querida y admirada.
Tras poner fin a su relación con la realeza, Diana continuó con el trabajo humanitario que había iniciado años antes. Dedicaba su tiempo y esfuerzo a diferentes causas relacionadas con personas sin hogar, con discapacidad o con problemas de sida.
El año anterior a su muerte, lady Di se involucró en la lucha contra la fabricación y uso de minas antipersona. Al final, murió la persona, pero permaneció el mito.