Las vistas públicas

En un excelente ejercicio democrático la Cámara de Diputados tomó la acertada decisión de permitir que los ciudadanos acudieran al hemiciclo a discutir de algunos de los artículos aprobados en primera lectura el proyecto de modificación del Código Penal.
Este ha sido un código muy debatido por abogados, los grupos provida con las iglesias al frente, los que están a favor de las tres causales, en fin, las opiniones de los diversos sectores.

Una aprobación extremadamente dilatada por la división que se ha creado en el país de unos a favor que entienden que no permitir la aprobación de las causas que despenalizan el aborto es atentar contra los derechos a decidir de las mujeres.

En esa primera lectura la Cámara de Diputados buscando una salida salomónica había aprobado que en circunstancias especiales el facultativo podía interrumpir el embarazo.

Debido al tema tremendamente polémico de las causales, nadie estaba pendiente de algo que “se deslizó” como ocurre muchas veces en proyectos de leyes que ni los propios diputados se dan cuenta.

Los abogados, y en especial mi buen amigo y compañero de directiva Servio Tulio Castaños, interpretaron que los delitos de corrupción serian penalizados con un castigo máximo de tres años. Más que un castigo al que atenta contra los fondos públicos, terminaba siendo un premio.

Al que, por lucrarse a costa de la salud, la educación, las viviendas, el empleo, la pena debe ser ejemplarizante para evitar la repetición de esta deleznable acción.

Fueron tantas las críticas a la aprobación en primera lectura de la referida ley que obligó al buen amigo y presidente de la Cámara de Diputados Alfredo Pacheco a convocar vistas públicas
La nota discordante e inaceptable fue la del representante de la Organización de las Naciones Unidas Mauricio Villegas.

El objetivo de esta organización internacional es para mantener la paz y la seguridad entre las naciones, ha servido para armonizar diferencias entre naciones.

En ningún lugar dice que las funciones de la ONU son la de intervenir en una decisión soberana de un país entre aprobar leyes de aborto o de cualquier tipo. Si el señor Villegas dirigiese una organización no gubernamental para defender derechos de las mujeres hubiera entendido mejor su intervención. Pero para eso debe ser dominicano y atreverse hacerlo en la Cámara de Diputados es verdaderamente inaceptable.

La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas del 18 de abril de 1961 dice en su artículo 41 dice “sin perjuicio de sus privilegios e inmunidades, todas las personas que gocen de esos privilegios e inmunidades deberán respetar las leyes y reglamentos del Estado receptor. También están obligados a no inmiscuirse en los asuntos internos de ese Estado”.

Esa misma Convención en el mismo artículo, es clara de que los asuntos a tratar deben ser con el Ministerio de Relaciones Exteriores, todo intento diferente se trata como una intromisión
Ir a la Cámara de Diputados a reclamar un acuerdo del 2019 fue un exceso del representante de la ONU. El país no está en guerra ni en conflicto con otras naciones, simplemente delibera sobre dos temas que para la sociedad dominicana resultan muy importantes.

Yo podría darle muchos datos al señor Villegas de lo que ha ocurrido en otros países donde se han aprobado sus tres causales, cuando quiera podemos hablar sobre el tema, pero no en la Cámara de Diputados.

En su intromisión en la Cámara de Diputados el representante de la ONU alegaba que el país había llegado a un acuerdo en el 2019 para aprobar las leyes sobre el aborto. Es cierto que se aprobó en el Congreso la ley, pero la misma fue observada por el Poder Ejecutivo y devuelta al Congreso como establecen las leyes de República Dominicana.

Mi amigo Alfredo Pacheco fue excesivamente educado, porque en ese momento habría que haberle recordado que no entraban todos, haciendo referencia inversa a una famosa frase de otro amigo legislador.

Necesitamos el Código Penal que penalice fuertemente la corrupción, no estoy de acuerdo con las tres causales, pero respeto el derecho a opiniones diferentes siempre y cuando estas vengan de los dominicanos y solo de los dominicanos.

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