Lo más buscado ahora: apartamento-estudio

Era abril de 1994 y mis pa­dres, quienes eran dos jó­venes de 20 y 24 años, pla­neaban su boda. Semanas antes de convertirse en esposos, compraron un apartamento que tenía sa­la, comedor, balcón, coci­na y tres habitaciones. No estaba cerca de la ciudad de Santiago, pero sí de mi abuela materna.

Han pasado casi 26 años y la mentalidad de lo que querían y compraron mis padres ha dado un giro. Los jóvenes de ahora, los cuales no necesariamente adquie­ren un apartamento para casarse, sacrifican el metra­je para residir cerca de sus trabajos.

Por eso, ya sean solteros o recién casados, ellos son los que están dando auge a los proyectos de aparta­mentos que cuentan con una o dos habitaciones. Jorge Montalvo, presiden­te de la Asociación Domi­nicana de Constructores y Promotores de la Vivien­da (Acoprovi), lo confir­ma y expresa que esto se debe a que quienes están comprando este tipo de vi­viendas desean menos es­pacio y mejor ubicación, estar cerca de sus sitios de interés en el centro de la ciudad y de sus lugares de trabajo.

El representante de los que tienen a cargo la cons­trucción de estas vivien­das, y de su posterior pro­moción, agrega que cada vez más se están constru­yendo apartamentos más compactos también, aun­que no es lo que predomi­na, debido a los altos pre­cios de los solares en zonas céntricas como Evaristo Morales, Piantini y otras.

Sin embargo, Montalvo hace énfasis en otra prin­cipal razón: “Estos proyec­tos se prestan mucho para gente que compra como inversión, para fines de al­quiler porque es un pro­ducto que tiene buen re­torno”.

Al conversar con Listín Diario, Montalvo agrega que el apartamento de una habitación es el que bus­can para comprar los solte­ros que ya están trabajando tomando en cuenta que “la gente se está casando más tarde”.

“Aparte, esos jóvenes que ya están trabajando que tienen cierto poder adquisitivo pueden com­prar esos apartamentos que le sirven para vivirlos y después si se unen a otra persona pueden vivir ahí recién casados”, considera Montalvo.

Los constructores domi­nicanos están desarrollan­do viviendas de una y dos habitaciones con un espa­cio que va desde los 60 a 89 metros pensando en la familia “moderna”, esos jóvenes por el momen­to no desean tener más de un hijo y que comprar esos apartamentos como un trampolín para luego que puedan ahorrar más o que vayan a agrandar la familia, adquirir su casa con más metraje.

Para Montalvo, no só­lo en República Dominica­na se está viviendo este fe­nómeno, pues en los países desarrollados hay una im­portante cantidad de apar­tamentos de una y dos ha­bitaciones, como España y Francia, que tienen de 50 a 60 metros y porque su idea también es “estar con mejor ubicación sacrificando un poco de metraje”.

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Los recursos influyen

Más allá de la ubicación, también hay jóvenes que comienzan una vida jun­tos y, al querer tener su propia casa, compran un apartamento de una ha­bitación aunque sea en proyectos fuera del cen­tro de la ciudad.

Algunos residenciales que se desarrollan en Santo Domingo Oes­te, Este y Norte, y fuera del centro de Santiago, cuentan con apartamen­tos que tienen desde una hasta tres habitaciones.

El presidente de la Con­federación Dominicana de Pequeñas y Medianas Empresas de la Construc­ción (Copymecon), Eliseo Cristopher, argumenta que esto se debe a que los jó­venes se están ajustando a lo que pueden pagar, pero han reflexionado que aho­ra, en ocasiones, lo que se paga de alquiler puede uti­lizarse para pagar un prés­tamo hipotecario.

Eliseo concuerda con Montalvo con que quie­nes más comprar las vi­viendas de una y dos habitaciones son jóvenes que planifican tener un solo hijo por ahora.

“Hay también estudian­tes que viven solos”, ex­plica Eliseo, agregando que esos apartamentos son muy requeridos pa­ra invertir, ya sea alqui­lándolo o utilizándolos para alojamientos vaca­cionales como Airbnb.

Añade que los constructo­res se están adaptando a esos nichos de adquirien­tes, luego de realizar estu­dios de mercado.

La promoción de estas viviendas también se ha dinamizado
La forma de promocionar los apartamentos de una y dos habitaciones se ha transformado. Antes era común ver un letrero en la vivienda que estaba en venta, y aunque esta prác­tica no se ha olvidado, las redes sociales impulsaron cómo se presentan.

Como si fueran presen­tadores de televisión, los promotores inmobiliarios pasaron de salir en revis­tas del sector a enseñar los proyectos con cámaras profesionales, micrófonos y toda una producción.

Montalvo explica este au­ge basándose en las herra­mientas digitales y de ví­deos con las que cuentan ahora los promotores, ade­más de que se han impulsa­do los testimonios.

Gisselle Ventura es la due­ña de “Oferta Inmobiliaria RD” que cuenta con un per­fil en medios sociales con contenido variado y de va­lor sobre esta industria.

Ella y su equipo de traba­jo aprovechan espacios ar­quitectónicos para entre­vistar a los constructores de los proyectos y a quienes ya han comprado y les ha ido bien.

Gisselle relata que cada nueva producción es un gran reto, el cual empieza con seleccionar un proyec­to que cuente con venta­jas competitivas en la zona y junto al equipo hacer la magia para que los clientes lo puedan apreciar de una forma novedosa.

“Es una magia que no es fá­cil para personas como no­sotros que con solo pren­der la cámara arrancan los nervios”, explica Gisselle. Para Gisselle, el agente in­mobiliario ha tenido que cambiar radicalmente, en­focándose en el marketing digital con conocimientos en asesoría y finanzas.