Los detalles del estilismo con el que Malala dio el ‘sí, quiero’

“Hoy es un día precioso en mi vida. Asser y yo nos hemos unido para ser compañeros de por vida. Hemos celebrado una pequeña ceremonia nikkah en nuestra casa de Birmingham junto a nuestras familias. Por favor, enviadnos vuestras oraciones. Estamos emocionados de caminar juntos el viaje que tenemos delante”. Esas fueron las palabras con las que Malala Yousafzai, de 24 años, anunció en sus redes sociales su unión en matrimonio con su novio, Asser Malik.

Acompañando el mensaje, la Premio Nobel de la Paz más joven de la historia (recibió el galardón a los 17 años) compartió una serie de fotografías en la que se le ve posando junto a su ahora esposo, quien también es de origen pakistaní y se desempeña como directivo en el mundo del deporte, en un gran jardín con aire otoñal.

Para la ocasión, Malala llevó una nikah nupcial, un traje tradicional pakistaní, en color rosa viejo adornado con bordados y detalles en dorado. Sobre su cabeza llevó un dupatta, una especie de velo de gasa también muy propio de su cultura, a juego con su traje, y una tikka, accesorio indio para el cabello. Su esposo se decantó por un traje negro y camisa blanca, que completó con una corbata rosada, que combinada a la perfección con el traje de su mujer.

El peinado y maquillaje de la activista estuvo a cargo de la makeup artist conocida en redes como @makeupbyain, quien recreó unas ondas suaves en su cabello y optó por un look sutil, muy apegado a la esencia de Malala. “Estoy realmente bendecida y honrada de ser parte del gran día de @malala. Muchas gracias por elegirme como tu maquilladora. Amor y oraciones”, compartió la artista en su perfil de Instagram.

La boda de Malala tomó a muchos por sorpresa, luego de que el pasado mes de junio ella confesara a la revista Vogue UK lo que pensaba sobre el matrimonio. “Si quieres a una persona en tu vida, ¿por qué tienes que firmar los papeles matrimoniales? ¿Por qué no puede ser simplemente una pareja? Mi madre me dice que no me atreva a decir eso, que tengo que casarme, que el matrimonio es precioso”, dijo en ese entonces.

En la edición de julio de la revista, de la que fue portada, la joven defensora de los derechos de las mujeres aseguró que durante el segundo año de universidad incluso llegó a pensar que nunca se casaría ni tendría hijos, y que solo se dedicaría trabajar. “Voy a ser feliz y a vivir con mi familia para siempre. No me daba cuenta de que no eres la misma persona todo el tiempo y cambias según vas haciéndote mayor”, comentaba.

Tal y como reseña Vanity Fair, la ceremonia nikah por la que Malala y Asser se casaron no constituye un contrato legalmente vinculante, sino que se trata del primer paso en un matrimonio islámico.