Los lazos de hermandad que ha dejado el Covid-19 en las afueras de hospitales

Veintitrés días frente al sol, la lluvia, y los médicos, compartiendo juntos en una acera del perímetro del hospital. Allí lloran, ríen y oran…, conviven a la espera de información sobre sus familias ingresadas por coronavirus.

Este es el escenario en el que vive cada familia de un paciente con Covid-19 en el hospital Francisco Moscoso Puello.

Han formado un equipo por empatía, dolor, o  para hacer menos pesada la carga.

Una de las que ha creado lazos de hermandad es Leonor, quien lleva más de 20 días en vela en el Moscoso, por la salud de su prima, que se encuentra padeciendo del letal virus.

Esta situación ha generado en la señora una relación con todos los parientes de otros pacientes.

“Tengo 23 días aquí, ya nos conocemos unos con otros, todos los que estamos aquí,  de hecho, ese señor tiene el mismo tiempo que yo y yo no me apeo de su motor, en el he ido hacer análisis”, dijo al señalar a un hombre que estaba cerca de ella.

En medio de las risas, al hablar con un equipo de Listín Diario, se produjo un cambio notable en el rostro de Leonor cuando explicaba todo lo visto en tantos días. Sus  ojos comenzaron a tornarse llorosos, haciendo de su expresión de profunda tristeza. Su prima su prima se debate entre la vida y la muerte.

Las noches oscuras, las incógnitas de recuperación, las buenas pláticas y grata compañía han sido el foco distracción de la agonía y  el soporte  de esperanza para cada uno de los familiares que se encuentran en la explanada  del centro médico.

“Ya hemos hecho lazo de familias prácticamente”, señaló otro de los ciudadanos.

Junto a Leonor se mantienen otras personas que atraviesan su misma situación, y más grave. No obstante, siempre que pueden se brindan una mano amiga.

Tal es el caso de Jhony Beltré,  quien recostado en su motor negro, se aferra a su teléfono y a los rostros conocidos que les brindan esperanza y ánimo por la salud de su padre de 73 años, quien se encuentra ingresado hace veintitrés días.

 “Aquí a veces se suben en mi motor, otras se sientan y está bien, ya por los días nos conocemos todos,”, expresó.

Asimismo, Beltré para distraer la mente y “buscarse algo de dinero” mientras espera noticias utiliza su medio de transporte para trasladar a familiares de otros afectados que necesitan realizar ciertas  diligencias y búsquedas de análisis, en algunas ocasiones lo hace de manera gratuita.

Otros que tienen en la zona dieciocho, quince y doce días expresan sentirse “en un ambiente familiar”, a través de una relación no material.

Estas personas consideran que esa unión ha sido indispensable para no sentirse solos y “que cada uno al final está tratando de luchar y permanecer en pie por su familia”.