Orificios abundan en calles y aceras de Santo Domingo

Importantes vías de la ca­pital y sus aceras se tornan peligrosas para la circula­ción vehicular y peatonal, debido a la cantidad con­siderable de agujeros que permanecen abiertos des­de hace más de un año.

Las causas se atribuyen al robo de las tapas y parri­llas de los imbornales por parte de personas des­aprensivas, que sin repa­rar en el daño que causan a la población, las sus­traen para comercializarlas en talleres de fundición.

Choferes y peatones entre­vistados por LISTÍN DIA­RIO manifestaron que por lo regular son sorprendi­dos por estos agujeros jus­to cuando los tienen bajo las gomas de sus vehículos o sus pies, por lo que llama­ron la atención de las au­toridades competentes pa­ra que coloquen las tapas y parrillas sustraídas.

Existen decenas de imbor­nales abiertos en las aveni­das 27 de Febrero y Máxi­mo Gómez, y en esta última vía es donde más hay, pero en todas las calles del ba­rrio Villas Agrícolas los agu­jeros proliferan.

El mismo panorama se ob­serva en otros barrios de la Capital, donde la gente cuenta historias personas que han falseado y caído dentro de estos huecos du­rante aguaceros.

Miguel Félix manifestó que frente al peligro de chocar o que choquen a cualquier chofer que al momento de esquivar un hoyo, hace una pirueta, se suma el daño que sufre el vehículo cuan­do de forma sorpresiva cae en uno de estos agujeros.

Daños
“Mira bien, caer de repente en uno de estos hoyos pue­de implicar daños en el ca­tre del vehículo, en el tren delantero, ruptura de ter­minales del guía, deterio­ro de los amortiguadores y torcedura de los aros”, ex­plicó.

Contó que recientemen­te tuvo que someter su ve­hículo a mantenimiento, lo que incluyó alineación y balanceo, y lo atribuyó a las tantas veces que ha caí­do en estos hoyos.

De igual forma, Miranda Rosario dijo que lo que más le preocupa en su barrio con los huecos en las ace­ras, pues representan una amenaza tanto para niños como envejecientes, por­que pueden resultar lesio­nados por una caída.

En algunos barrios le co­locan un tronco al agujero para alertar al peatón o al chofer de su existencia, pe­ro la mayoría no tienen nin­gún aviso. Otros están re­pletos de desperdicios.

CIFRAS
Malestar.

En el recorrido de un equipo de LISTÍN DIA­RIO los reporteros pu­dieron observar que va­rios vehículos cayeron dentro de los hoyos y sus conductores solo atinaban a decir impro­perios.

Fundición.
Regularmente esas ta­pas y parrilas de los im­bornales son sustraídas para venderlas a nego­cios de fundición.

Tránsito.
En algunos puntos los agujeros por falta de ta­pas y parrillas ralenti­zan el tránsito y provo­can taponamientos.