Dirigir al Licey no estaba en los planes de José Offerman
Por primera vez en los últimos 30 años, José Offerman estuvo desvinculado de los Tigres del Licey sin asumir ningún rol. El veterano dirigente se encontraba en su hogar alejado del terreno. Para su sorpresa recibió una llamada para que por sexta vez asuma la dirección del equipo azul en medio de la temporada y de un mal desempeño de los felinos rayados.
“No eran los planes míos”, dijo Offerman sobre colocarse la camiseta de piloto para el Licey. “Se me pidió ese rol y yo como al final de todo trato de hacer lo que la organización del Licey me requiere, trato de ayudarlo y esa es una de las motivaciones por la cual estoy aquí de regreso”. El petromacorisano toma las riendas por el cesanteado Tony Díaz.
Offerman dirigió por última vez en la campaña de 2014-15 cuando comenzó como el mánager azul, la única vez que ha empezado desde el principio con los Tigres. En esa ocasión su equipo terminó con marca de 19-31, a cinco juegos del cuarto lugar para la clasificación.
Luego de eso, Offerman, que como jugador debutó en la campaña de 1988-89, la primera de sus 12 temporadas en ese renglón, ocupó distintos puestos con los Tigres, incluido el de comentarista, como la contienda anterior. “Este año estaba en la casa, en realidad. Este año ha sido el único que estaba viendo todo desde lejos”, expresa el dirigente.
Cuando pensaba que descansaría en esta temporada, su agenda cambió al recibir la llamada, que lo dejó algo sorprendido. “En cierto punto sí. No era lo que buscaba y traté de no involucrarme en lo que se me pedía, pero de una u otra manera terminé aceptando el reto y aquí estoy”.
Sin incluir el partido de la jornada dominical, Offerman tienen marca de 4-4, después de asumir el conjunto con récord de 4-8, en el sótano, donde al día de hoy se encuentra.
Con la actual, en que Offerman ha sido el timonel azul en seis campañas (2008-2009/2009-2010/ 2009-2010/ 2013-2014/2014-2015) se toma con calma el aventurarse a llevar al Licey a lo que sería para él su tercera corona como mánager.
“Este es un deporte que el día a día hay que caminar de esa manera y en este momento esa es la intención”, señaló Offerman, mánager campeón en 2008-09 y 2013-14.
Eso viene ayudado aún más con la pelota inestable que ha estado jugando su equipo, el cual ganó por última vez en 2016-17, aunque fue a finales, en 2017-18 y 2019-20. “Juego por juego es lo que enseña a uno cuáles son los puntos a seguir. En esto no se puede predecir nada”, advierte Offerman.
De lo que se trata “es simplemente hacer el mejor trabajo posible e irse al día a día”, sugiere el mánager.
“Esto es un deporte que las cosas pueden estar bien ahora, pueden estar malas después”, agrega.
Para el Licey, en tanto, lo bueno está por llegar.
Los Tigres, con la inclusión de Offerman, inmediatamente reaccionaron y mejoraron en la tabla de posiciones al ganar cuatro corridos y colocarse en récord de .500 con 8-8.
En los siguientes cuatro compromisos, sin mencionar el de este domingo, el Licey volvió a la misma ruta perdedora.
Y no es que existiera alguna pócima mágica en esa período victorioso. “El punto principal es simplemente darle la confianza a cada uno de los muchachos”, algo que tienen, pero deben seguir intentando más fuerte. “Buscar la armonía, buscar el enfoque de cada uno de ellos y de ahí depende todo, ya que el talento que hay en esta liga es bastante bueno, así que es simplemente cuadrar todas esas cosas”.
¿Lo hará el Licey?