Alrededor de 500 viticultores franceses de los departamentos de Aude y de los Pirineos Orientales bloquearon esta mañana el paso fronterizo con España de Le Perthus para exigir el fin de las importaciones y saquearon varios camiones españoles.
Los manifestantes quemaron neumáticos en el peaje de la autopista en Le Boulou y procedieron a inspeccionar los vehículos que entraban desde España. Saquearon un camión con tomates, seguido de otro cargado de vino y un tercero con cava. Vertieron el contenido de la carga en el asfalto sin que las fuerzas del orden intervinieran en ningún momento, manteniéndose a distancia.
Los viticultores franceses literalmente pintaron la ciudad de rojo hoy cuando interceptaron camiones que transportaban alcohol español barato y rompieron cajas cargadas de ella por toda la carretera.
El peaje de Le Boulou, a solo diez millas de la frontera de Francia con España, se convirtió en un campo de batalla esta mañana cuando decenas de viticultores que protestaban detuvieron camiones y destrozaron su contenido.
También se desperdiciaron innumerables litros de vino blanco y champán, con imágenes impactantes de la escena que mostraban cajas y cajas de botellas ensuciando la escena.
Un viticultor enfurecido saltó a un camión con un mazo, balanceando violentamente la herramienta contra las cajas de vino, mientras que otros abrieron el grifo de un camión, desatando un torrente de rojo que empapó la carretera.
Otro grupo de manifestantes apiló cajas de tomates y neumáticos para hacer una hoguera improvisada.
Frederic Rouanet, presidente de un sindicato local de viticultores que organizó la protesta, dijo que la manifestación se produce como parte de la «guerra económica contra los delincuentes económicos que abusan de los viticultores arruinados», antes de agregar: «Vamos a quitar la posibilidad de poder importar vinos extranjeros».
Queda por ver si el manifiesto empapado de vino de Rouanet se hará realidad, pero por ahora las repercusiones para la protesta parecen mínimas, ya que la policía dejó solos a los viticultores descontentos, según el periódico francés Vitisphere.