Patria Méndez, con 10 pesos sentó las bases de tres escuelas

En el 1971, una joven de 27 años para perseguir sus sueños de enseñar, realizó un censo para determinar qué cantidad de poblado­res del sector La Altagra­cia, Herrera, no recibían el pan de la enseñanza.

Ella es Patria Pelagia Méndez, una señora de 78 años quien fundó la pri­mera escuela en la referida localidad con apenas unas butacas fabricadas por ella misma con tres “laticas de salsa”, una tabla y un piza­rrón viejo regalado.

Con una sonrisa en su rostro confesó que un día por la noche y bajo la llu­via, un exdirector del Dis­trito Educativo de Santo Domingo Oeste visitó su hogar con un telegrama en la mano y rápidamente le dijo: “Mira, fuiste nom­brada para la Escuela Al­tagracia”. A seguidas ella le contestó, “¿Y la escuela, el local y los pupitres?”; el señor solo le dijo “búsque­sela usted como pueda”.

Tras recibir esa respues­ta por parte del supervisor, rápidamente buscó un lo­cal para comenzar a im­partir docencia en los cur­sos de primero y segundo de básica.

“La historia de esa es­cuela es única, al lado del Cine Letty había una casi­ta. Con un saloncito gran­de que todavía no tenía la división, yo la alquilé en diez pesos y la pagaba de mi sueldo. Ubiqué los ni­ños, primero y segundo en la mañana y tercero en la tarde. Hasta desayuno escolar daba”, expresó la maestra con gratitud a pe­riodistas del Listín Diario.

Tiempo después y ya nombrada en Educación y cobrando RD$125 pudo trasladar su centro educati­vo a un lugar “más cómodo y amplio” en la calle Santa Clara #4, todo esto gracias a la Cruzada de Amor (pro­grama de asistencia social de la época) quienes le al­quilaron una casa, para que Patria pudiera incrementar la cantidad de estudiantes, conllevando esto a que los grados fueran extendidos hasta sexto de básica.

“El Ministerio de Educa­ción me nombró tres maes­tros y luego los dueños de la casa comenzaron a de­cir que los niños les estaban destruyendo la casa y me di­je, ahora qué hago”, exterio­rizó la educadora.

Manifestó que no tenía mucho tiempo para pensar y de inmediato habilitó una parte de su casa, le echó el plato, preparó el segundo piso e instaló de nuevo la es­cuela. En esa nueva etapa dijo que ahí fue que comen­zó a “guayar la yuca”, pues­to que tenía que trasladarse desde las siete de la maña­na hasta las ocho de la no­che a San Cristóbal a buscar butacas. En el 1974 con to­do ese proceso de cambio la gestión de Gobierno en esa época, comenzó a cons­truir la actual escuela Nues­tra Señora de la Altagracia, pero en 1980 con la gestión del Partido Revoluciona­rio Dominicano (PRD) tuvo que trasladar su lugar de en­señanza al remozado plan­tel ubicado en la calle Padre Miguelito.

“Ahí la escuela se agrandó y los cursos se extendieron hasta octavo grado. Solo ha­bían cuatro aulas grandes, las dividí en dos cada una y le hice dos puertas. Dába­mos clases hasta en la direc­ción con los pasillos llenos, pero funcionaba perfecta, mis niños tenían que escri­bir bien, leer bien y saberse su tabla de multiplicar”, ex­teriorizó doña Patria.

Con total lucidez recuer­da que, al momento del traslado, fue con 73 alum­nos y al pasar los meses se incrementaron a 2,300.

Fue entonces cuando, en 1986, las autoridades vie­ron la situación de aglome­ración y la gran cantidad de niños, e hicieron el Liceo Eladio Peña de la Rosa.

Relató que durante la gestión de Leonel Fernán­dez, en 1997, jubilaron a todos los docentes que te­nían más de 25 años en ser­vicio. A seguidas, expresó que a pesar de su labor de contribuir con la educación dominicana en la actuali­dad devenga un sueldo de RD$15,000, de los cuales solo recibe RD$9,000 por los descuentos, a pesar de que es licenciada.

Para ella, su mayor satis­facción es cuando los pro­fesionales que pasaron por sus manos caminan por el frente de su casa y le gritan: “¡Patriaaa, esa es mi profe querida! Cuando usted ne­cesite algo llámeme”.

Vida y formación
Doña Patria Pelagia Méndez cursó sus estudios en el Ins­tituto Superior de Forma­ción Docente Salomé Ure­ña recinto Félix Evaristo Mejía con una especialidad en Educación Especial. Más tarde realizó su licenciatura en Educación en la Univer­sidad Pedro Henríquez Ure­ña (Unphu). Procreó cuatro hijos, tres hembras y un va­rón; las tres féminas estu­diaron para ser maestras al igual que su progenitora.

Con la alegría que la ca­racteriza, dice que después de su jubilación se ha dedi­cado a estar con su esposo con quien tiene 58 años a su lado, a regar sus plantas y cuidar a sus nietos en su modesta casa ubicada en la concurrida calle Central del ensanche Altagracia de He­rrera.

CLAVES
Plantel actual.
En el recinto donde funcionaba la escuela creada por Patria Mén­dez están apostados los centros educativos Nuestra Señora de la Altagracia (tanda ma­tutina y vespertina), Escuela Anacaona y el Liceo Eladio Peña (noc­turnos).

Específicamente en Nuestra Señora de la Altagracia diariamen­te se reciben 1,850 es­tudiantes por la pan­demia del Covid-19 en unas 50 aulas que fun­cionan hasta el octavo grado o segundo de se­cundaria.