Pesadillas en los niños: más que un simple sueño
Las pesadillas son recurrentes en los primeros años de vida de los niños, debido a que estas pueden servir como un medio para expresar lo que sienten con respeto a situaciones que resultan inquietantes para él, según afirman diversos especialistas de la conducta.
“No se sabe con certeza la razón por la que ocurren los sueños, pero sí es conocido que pasan durante la fase MOR, etapa más superficial del sueño, que transcurren pasados los 70 primeros minutos de estar dormido, y es donde se detecta una mayor actividad mental”, así lo explicó Claudia Pimentel, psicóloga terapeuta sistémica.
Aclaró que las pesadillas suelen ocurrir durante la segunda mitad del sueño nocturno, cuando las fases MOR son más largas, y que estas son imágenes mentales proyectadas de manera vívida, que se experimentan como reales en el niño y desencadenan emociones fuertes.
¿Qué las provoca?
Pimental informó que tener un día sobre estimulado, con exceso de actividad física o mental podría generar pesadillas. Destaca que la exposición a las pantallas, por lo menos dos horas antes de dormir, producen una mayor actividad mental durante el sueño, así como ver películas o series de terror antes de dormir.
Apuntó que un trauma psicológico puede ser el causante de una pesadilla, y que cuando se generan por este motivo, suelen ser más frecuentes, persistentes y mucho más vívidas.
En ese sentido, Kenia Aquino, psicopedagoga y gerente del Centro Especializado de Servicios Psicopedagógicos Oriental (Cespo), detalló las razones por las que pueden los referidos episodios al dormir.
“Si está estresado, si cruza la etapa en que se está acostumbrando a ir solo al baño, o si las pesadillas ocurren en un niño entre nueve y 12 años, puede ser debido a incertidumbres por los cambios físicos y emocionales que le ocurren durante esa etapa de la pubertad”.
Otros elementos que considera como causantes son: si el niño está tomando algún medicamento, si su habitación es muy oscura o si se siente inseguro. Asimismo, por algún trauma, maltrato o violación.
Tratamiento
María Arias, neumóloga de trastorno del sueño, explicó que las pesadillas pertenecen al grupo de las parasomnias, aunque no suelen estar asociadas con un síntoma primario de insomnio o somnolencia excesiva, se consideran trastornos clínicos, debido a las posibles lesiones resultantes; sin embargo, pueden tener efectos adversos para la salud y psicosociales de los pequeños.
Argumentó que hay dos tratamientos para el manejo de las pesadillas nocturnas: uno consiste en estrategia psicoterapéutica y que han probado ser efectivas para el manejo del trastorno por pesadilla. La segunda, son tratamientos farmacológicos, que han mostrado efectividad en ensayos clínicos a pacientes con trastornos de estrés postraumático.
EXPERIENCIAS
Riesgos a largo plazo
Estudio.
En un estudio realizado en 2014 por el equipo de la Universidad de Warwick, en Inglaterra, se concluyó que las pesadillas y los terrores a largo plazo estaban vinculados a un mayor riesgo de problemas mentales más tarde en la vida. Estiman que aproximadamente 47 de cada 1,000 niños tienen algún tipo de experiencia psicótica.