¿Quién es Dairo Antonio Úsuga? Uno de los capos más temidos de Combia recientemente capturado
Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel” se le señala por ser el comandante en jefe de la organización criminal más poderosa de Colombia, y el hombre más buscado de ese país y por quien se ofrecía unos 790,000 dólares en Colombian para quien diera información que llevar a su captura.
Alias «Otoniel» era buscado intensamente desde hace seis años en la región de Urabá por miles de policías y militares participantes en las dos fases de la ‘Operación Agamenón’ mediante la cual fueron abatidos o capturados decenas de hombres a su mando y se incautaron toneladas de cocaína.
De acuerdo con el sitio Insight Crime, Otoniel empezó su carrera criminal dentro del antiguo grupo guerrillero el Ejército Popular de Liberación (EPL). Pese a que se desmovilizó del EPL en 1991, a la edad de 19 años, con otros 2,500 miembros de esa guerrilla, poco después regresó a combatir, cuando él y su hermano Juan de Dios Úsuga, alias “Giovanni” se enrolaron en las fuerzas paramilitares Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU).
Posteriormente, las ACCU fueron incorporadas a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), y Otoniel fue enviado a integrar las filas del Bloque Centauros de las AUC. De allí, trabajó bajo el mando del jefe financiero del bloque, Daniel Rendón Herrera, alias “Don Mario”, lavando activos y administrando el pago de extorsiones. En 2005, volvió a entregar las armas, esta vez dentro de la desmovilización de las AUC. Una vez más, la desmovilización duró poco y Otoniel se alió con Don Mario para ayudar a formar la organización criminal conocida como Los Urabeños.
Después de que las autoridades colombianas capturaron a Don Mario en 2009, Otoniel y su hermano Giovanni asumieron el control total del grupo.
Bajo el comando de su hermano, Los Urabeños comenzaron a expandirse por el país, usando una mezcla de violencia y acuerdos ilegales, empezando así la trayectoria que los llevaría a ser en su momento el grupo criminal más poderoso del país.
En 2012, las fuerzas colombianas mataron a Giovanni, dejando a Otoniel como comandante en jefe de Los Urabeños. Desde ese entonces ha liderado un pequeño anillo de comandancia integrado por sus antiguos compañeros del EPL y las AUC. Bajo el liderazgo de Otoniel, Los Urabeños siguieron con su expansión, absorbiendo a sus rivales o eliminándolos, y dentro de poco llegaron a ser la única organización criminal colombiana con un alcance realmente nacional.
En el año 2015, las fuerzas de seguridad lanzaron la Operación Agamenón, una ofensiva que desplegó a los mejores oficiales antinarcóticos y más de 1.000 policías y militares a Urabá, para debilitar las operaciones de Los Urabeños y dar con el paradero de Otoniel. El jefe criminal pidió al gobierno la negociación de su sometimiento, incluso a través de una grabación en la cual hizo la solicitud públicamente en septiembre 2017, sin embargo, dichas negociaciones no culminaron en un sometimiento exitoso.
Desde la llegada de la Operación Agamenón 2, Otoniel se ha visto reducido a la zona del Urabá antioqueño, donde la Fuerza Pública colombiana parece seguirle cada vez más cerca los pasos. Según la Dirección de Investigación Criminal (Dijin), se ofrece hasta 3.000 millones de pesos por su captura y es el hombre más buscado del país.
Actividades criminales
Otoniel es el líder de una de las organizaciones criminales más grandes de Colombia, la cual controla territorios estratégicos para la producción y el tráfico de narcóticos y ofrece sus servicios a narcotraficante independientes. También maneja rutas para sus propias actividades de narcotráfico.
Las células locales de Los Urabeños participan en una variedad de actividades criminales, incluyendo la extorsión, la minería ilegal, el microtráfico y el contrabando, y muchas de esas pagan un porcentaje de sus ganancias a la comandancia nacional encabezada por Otoniel.
Geografía
Se cree que Otoniel está basado en Urabá, su región nativa y el bastión de Los Urabeños. Además, varios reportes indicarían que se moviliza en la región del Nudo de Paramillo, que conecta a Antioquia con el sur de Córdoba. Vive prófugo, cuenta con varios anillos de seguridad y según informes utiliza tácticas de guerrilla para evitar su captura, como por ejemplo viajar solo a pie o en mula y nunca dormir en el mismo lugar durante noches consecutivas.
El general Fernando Murillo, director de investigación de la Dijin, señaló al diario El País que Otoniel se encontraría entre los municipios antioqueños de Mutatá y Chigorodó, al noroeste del departamento de Antioquia, donde la Fuerza Pública concentra sus esfuerzos.
Aliados y enemigos
Otoniel y su hermano Giovanni expandieron la influencia de Los Urabeños a través de la confrontación violenta con sus rivales, como Los Rastrojos, mientras que se aliaban con grupos criminales locales y narcotraficantes por todo el país. En muchos casos, estos actores llegaron a hacer parte de la “franquicia” de Los Urabeños. En algunas regiones, el grupo también selló acuerdos de narcotráfico con la ahora desmovilizada guerrilla las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y en Medellín hicieron un pacto con la mafia local, la Oficina de Envigado, contra quien habían librado una batalla para el control de la ciudad. También contratan a bandas locales para actividades como el microtráfico, la extorsión, y el sicariato.
En el nuevo escenario criminal que se está formando tras la desmovilización de las FARC, Los Urabeños de Otoniel han desatado disputas territoriales feroces contra la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), grupos ex-FARC mafia y sus antiguos aliados, Los Caparrapos, en el Bajo Cauca y sur de Córdoba. A principios de 2018, también lucharon contra elementos rebeldes locales de su propia red.
En la parte oriental del país, en la frontera con Venezuela, específicamente en Norte de Santander, sostienen una alianza con Los Rastrojos, antiguos enemigos en Antioquia, y con quienes buscan disputar las economías criminales que el ELN ostenta en esa región.
Perspectivas
Las perspectivas de Otoniel son bastante grises, pues no solo está cada vez más cercado por las autoridades, sino que también varios de sus hombres más cercanos han sido capturados o dados de baja.
A pesar de que sigue siendo uno de los hombres más buscados de Colombia, es posible que ya no sea el criminal más poderoso. Mientras siga fugitivo en Urabá, está cada vez más aislado, y su pedido de sometimiento a las autoridades ha debilitado aún más su control de los diferentes elementos de Los Urabeños. Según fuentes, Otoniel ya no tiene la lealtad de todos los comandantes de la organización, quienes sólo obedecen sus órdenes cuando les resulta beneficioso, y probablemente sólo es cuestión de tiempo para que sea capturado, matado, o que se someta a la justicia.