Raquel Arbaje y otras primeras damas, preocupadas por aumento de la violencia contra niños y niñas

Las primeras damas de Argentina, Colombia, Paraguay y República Dominicana manifestaron ayer su preocupación por el impacto de la pandemia sobre los niños y niñas más pequeños y destacaron la urgencia de reforzar el trabajo con la primera infancia para mitigar el aumento de la violencia en estos tiempos de coronavirus.

El encuentro virtual Crisis por COVID-19 y los impactos en la violencia hacia la primera infancia en la región” se llevó a cabo en el marco de la Alianza de Cónyuges de Jefes de Estado y Representantes (ALMA) en conjunto con Unicef, con el propósito de impulsar un diálogo sobre la violencia, que, dijeron, se ha exacerbado a causa de la pandemia y que ha impactado de manera preocupante a los niños y niñas más pequeños de la región, poniendo en riesgo su desarrollo.

Participaron en el conversatorio las esposas de los jefes de Estado de Argentina, Fabiola Yañez; de Colombia, María Juliana Ruíz Sandoval; de Paraguay, Silvana Abdo, y de República Dominicana, Raquel Arbaje de Abinader.

Por parte de Unicef estuvo presente su directora regional Jean Gough. El encuentro contó con una exposición sobre Los efectos de la violencia en la primera infancia, situación en la región, y propuestas para prevenirla” por parte de Jorge Cuartas, experto en prevención de violencia y desarrollo infantil temprano.

Una comunicación de prensa de Unicef informa que antes de la pandemia, América Latina y el Caribe ya registraba una alta prevalencia de violencia contra la niñez.

“La disciplina violenta –que incluye el uso de castigo físico y psicológico– afectaba a casi 75 por ciento de los niños y niñas de 3 a 4 años, de los cuales más de la mitad sufría castigo físico. La propagación de la COVID-19 y algunas de las medidas tomadas para frenarla, como el aislamiento social, exacerban el riesgo de violencia contra niños y niñas”, indica el comunicado.

El organismo internacional se lamenta de que la mayoría de los casos de violencia en los primeros años de vida se da por parte de un familiar directo o persona cercana al niño o niña.

De acuerdo con encuestas realizadas por Unicef en algunos países de la región, en más de la mitad de los hogares entrevistados, la conflictividad intrafamiliar ha aumentado durante las cuarentenas.

“La familia es el mejor lugar para el desarrollo de un niño o una niña. Sin embargo, estar encerrados en casa algunas veces ha supuesto, para los más pequeños, un mayor riesgo de ser golpeados y maltratados”, dijo Rosa Elcarte, representante de Unicef en República Dominicana.

Atribuye esa situación a la pobreza, exclusión, violencia y movilidad humana, el estrés de padres, madres u otros cuidadores.

“Necesitamos unir nuestras voces y esfuerzos para que la primera infancia sea una prioridad en la respuesta a la COVID-19. Todos los niños y niñas deben estar protegidos frente a la violencia y deben sentirse amados y seguros para que logren alcanzar su pleno potencial”, enfatizó Elcarte.

Por su parte Raquel Arbaje, primera dama de la República Dominicana, manifestó que este país se trata de paliar en lo posible este riesgo mediante diversas actividades coordinadas por el Gabinete de Niñez y Adolescencia y el Inaipi.

Asimismo, se ha activado la articulación con todo el sistema de Pprotección, que incluye a las fiscalías, los ministerios de Salud y Educación y las juntas locales de protección, en un esfuerzo por reducir el riesgo de violencia en la primera infancia pero también el que corren los niños y niñas de otras edades.

La primera infancia es un periodo único en la vida del ser humano que abarca desde la concepción hasta los ocho años. Esta etapa se caracteriza por un rápido desarrollo cerebral, especialmente en los tres primeros años, a una velocidad que no volverá a repetirse en la vida, sentando las bases para la salud, el aprendizaje, la productividad y el bienestar individual y social en la niñez, adolescencia y adultez, indica la nota de Unicef.