Revelan Montemar y Jack Tar Village fueron los primeros hoteles del destino Puerto Plata
La construcción del hotel Montemar que tuvo lugar durante el primer gobierno del presidente Joaquín Balaguer le fue solicitado por la Cámara de Comercio y Producción de la provincia de Puerto Plata, conforme a lo que relata el presidente de dicha institución, Sixto Peralta, al ser entrevistado sobre los inicios del destino Puerto Plata.
Al hacer el abordaje de los orígenes de esta maravillosa provincia, dotadas de mágicos y espectaculares encantos naturales, Peralta, presidente de la entidad que solicitó tan importante obra destinada al alojamiento de los ganaderos, su familia y amigos, luego se convirtió en el primer hospedaje de calidad destinado a dar albergue a turistas criollos y a los pocos extranjeros que visitaban la tierra de Luís Pelegrín, pionero del turismo local.
Si bien es cierto que antes de erigirse el hotel Montemar, levantado en el costado sur de la parte alta del malecón, cerca del balneario Colón de Long Beach, existían pequeños hoteles aquí, fue el referido hotel que marcó el comienzo de la hotelería a mayor escala en el naciente destino pionero del turismo nacional.
El también ex presidente del Cluster Turístico de este destino dice que inicio de la historia de este destino hay que ubicarlo a finales de la década de los años 60, en el primer gobierno del doctor Balaguer, al que se le hizo una petición de trabajar por el turismo
“En historia de la Cámara de Comercio y Producción hay un acta recoge que se quería hacer una feria ganadera de impacto nacional, pero se encontraron con el inconveniente de no encontrar donde alojar a los invitados especiales, entonces se planeó la necesidad de construir un hotel con condiciones para un alojamiento de calidad”, relata.
Rememora que la gente llegaba entonces a Puerto Plata tenía que alojarse en las casas de sus anfitriones de las actividades y eventos que se llevaban a cabo y en los pocos pequeños hoteles que existía en la ciudad atlántica, por lo que se le hizo saber al Presidente de entonces la necesidad de que Puerto Plata contara con un hotel con mayor clase.
Explica que la solicitud de construir un hotel al gobernante convergió con la planificación para impulsar el turismo en la llamada Costa de Ámbar y Balaguer accedió a la petición y ordenó que se erigiera el hotel Montemar, el cual se le entregó a la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra para que operara una escuela hotelera, que por falta de mantenimiento está hecho escombros.
Ese hotel fue iniciado antes de que Puerto Plata fuera declarada demarcación turística prioritaria mediante el decreto 2125 del 3 de abril de 1972, que establece que el Polo de Puerto Plata o Costa de Ámbar, va de Punta Garza, en el municipio de Cabrera hasta Caho lsabela, en el municipio de Luperón y el área entre la costa y una línea paralela a la misma, trazada a una distancia de 10 kilómetros de dicha costa.
Refiere que luego al darse cuenta el potencial que tenía el turismo para impulsar la economía, desde la planificación que tenía el Estado se propuso la construcción de un complejo hotelero en Playa Dorada, que se ejecutó mediante un plan que se elaboró mediante un acuerdo con el Banco Mundial, que aportó los recursos para su financiamiento.
Sixto Peralta establece que se creó un fondo que administró el Banco Central, a través del Departamento de Infraestructuras Turísticas (INFRATUR) para financiar a los empresarios que quisieran incursionar en el negocio, construyéndose en Playa Dorada el hotel Jack Tar Village, inaugurado en el año 1980.
Como parte de la planificación del destino Puerto Plata al desarrollo de Playa Dorada se integró la ciudad, pero esa parte no se cumplió posteriormente debido a la falta de visión de los responsables de la implementación del plan, lo que constituyó un error garrafal, ya que se olvidó a Puerto Plata.
“No se cumplió con la integralidad Playa Dorada-Puerto Plata, cuando comenzó a llegar en gran cantidad el turismo receptivo de masa que se concentró en los hoteles de Playa Dorada y la ciudad que se mece en la falda de la montaña Isabel de Torres y es arrullada por el Atlántico quedó como una simple vitrina por cuyas calles paseaban escasos vacacionistas foráneos, que no se dejaban intimidar por todo lo negativo que se habla del pueblo”, acota.
Algo más de una década antes de hacerse el complejo turístico de Playa Dorada, asomó en el horizonte el buque Boheme I, que pocos minutos después fue anunciada fue anunciada su llegada por El Vigía que había en la fortaleza San Felipe donde estaba acantonada la Décima Cuarta Compañía del Ejército Nacional.
Al colocarse a la altura de la roca Owen, ubicada a la derecha a poca distancia del canal donde salió a buscarlo el “Práctico”, una pequeña embarcación que le señalaba la ruta por la que debía desplazarse para evitar encallarse en los banco de arena y arrecifes situados a ambos lados, antes echar el ancla y de arribar al muelle, donde permaneció amarrado hasta la hora de su partida.
En la década de los años 70 se inició aquí el turismo de cruceros que tuvo un gran impacto económico en la ciudad, supliendo lo que el turismo aéreo no aportó, generando una dinámica económica, que benefició de modo extraordinario el puñado de personas que constituía la población en ese momento, que era un reducido puñado de personas.