Se pasa de necio

 

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Volker Turk, está actuando con desinhibido talante frente al soberano derecho que tiene el país de deportar a los extranjeros que ingresan y residen ilegalmente en su territorio.

En dos oportunidades, de forma pública, ha emplazado al país a que paralice las repatriaciones de haitianos ilegales, y en ambos casos el gobierno ha defendido la potestad que le dan la Constitución y las leyes para realizarlas.

Sin guardar las formas y el fondo en sus pronunciamientos, el Alto Comisionado llegó al extremo de denunciar “historias terribles sobre el trato humillante” al que, según él, son sometidos muchos de los inmigrantes repatriados.

Luce, por su obstinada insistencia, que Turk quiere presentar a la República Dominicana como un ejemplo de cabeza de turco, culpabilizándola de agravar la crisis haitiana con esas repatriaciones, alegando que son violatorias del derecho internacional que las prohíbe en forma masiva.

Con estos desenfadados emplazamientos y calificativos, a nadie debe sorprender que Turk esté preparando el terreno para propiciar en la ONU una condena internacional del país, por esas alegadas violaciones al principio de la no devolución de los inmigrantes ilegales.

Realmente, son estas las formas de chantaje que fuerzas foráneas han utilizado en sus empeños de aplicar torniquetes a la libre determinación de este país en cuanto al cumplimiento de sus leyes migratorias.

El objetivo no es otro que derribar estas salvaguardas constitucionales para que el país abra su frontera y permita que millares de haitianos tomen nuestro territorio como refugio, argumentando que la crisis de Haití “no permite el retorno seguro, digno y sostenible” de sus inmigrantes.

Afortunadamente, los dominicanos ya percibieron los hilos de esta conjura antinacional y no se dejaran narigonear por las necedades de este Comisionado, el “corre, ve y dile” de los intereses foráneos que lo manipulan para estigmatizarnos y satanizarnos.