Tu problema tiene nombre y tratamiento, se llama “sisifemia”

La “Sisifemia” es el cansancio mental del trabajador incansable, o el agotamiento del trabajador sometido diariamente a una sobrecarga mental extrema. El trabajador comprometido día tras día de forma incesante a un trabajo “excesivo”, con la mirada constante a lo que hace y cuanto le resta por hacer para poder acabar la jornada sin trabajo pendiente o con el menos posible, y la permanente convicción de que mañana sucederá lo mismo, recuerda a la maldición de Sísifo y de ahí que a su padecimiento lo denominemos “Sisifemia”.

En un mundo laboral donde prima la competitividad a cualquier precio, donde abunda la precariedad laboral, y más en gente joven, los trabajos con alta carga mental son terreno abonado para la “sisifemia”.

¿Quiénes lo padecen?

Es importante resaltar que no todas las personas sometidas a una sobrecarga mental vana padecer de sisifemia.

Esta condición suele ser más frecuenta en personas con alto sentido de responsabilidad, perfeccionistas, workaholic (adictos o dependientes del trabajo), trabajadores con personalidad anancástica (obsesión por la perfección y el detalle), personas altamente exigentes consigo mismas, meticulosas, cumplidoras, implicadas con el trabajo, trabajadores con éxito (aunque no lo reconozcan por dismorfia de productiva o distorsión de su capacidad productiva). En definitiva, trabajadores muy válidos y con excelentes actitudes, que podemos perder por sistemas organizacionales no saludables, perdiendo talento y perdiendo productividad.

En general, pudiéramos decir que afecta los trabajos con un nivel alto de exigencia mental.

¿Cuáles son las principales consecuencias?

El cansancio mental progresivo va disminuyendo la capacidad de permanecer con atención y concentración a una tarea, va provocando fallos de memoria, disminución del insight, un sentimiento de incapacidad para resolver las tareas diarias, respondiendo con mayor dedicación de tiempo al trabajo sin descanso, ampliando la jornada, incluso trabajando fuera de la oficina para poder resolver lo pendiente; progresivamente el cansancio mental y físico va haciendo mella, y cada vez se tiene un falso convencimiento de fracaso, no reconociendo los logros y que se es un buen trabajador.

Las personas que padecen de sisifemia suelen presentar algunos comportamientos conductuales extra, el primero es la conspiración de silencio, que no es más que reconocer el desgaste mental en que está cayendo, a veces porque esto es algo que no se consiente a sí mismo o por el añadido componente de fracaso que podría evidenciar si se sincera y contara su situación, y segundo la dismorfia de productividad, que se refiere al sentimiento de frustración del trabajador que cree no es “suficientemente” productivo, a pesar de que lo es; conlleva la incapacidad de “ver” el propio éxito o de reconocer que se está haciendo lo máximo posible en el trabajo, y eso es y debiera de ser suficiente.

Estas son algunas de las enfermedades que acompaña la sisifemia:

  • Ansiedad, depresión, trastornos del sueño, consumo de tóxicos (OH y otros), dependencia de psicofármacos, astenia, burnout, Karoshi (muerte por exceso de trabajo).
  • Procesos fisiológicos cardiacos, arritmias, infarto, procesos vasculares, hipertensión, procesos vasculocerebrales, cefaleas, dolores de espalda, obesidad, diabetes, o enfermedades de la piel; o un fenómeno como el “Karoshi” o la muerte por exceso de trabajo

 

Algunas medidas para prevenir la sisifemia

  • Facilitar al trabajador la formación necesaria para llevar a cabo sus funciones.
  • Es imprescindible reorganizar los horarios, añadiendo pausas breves durante toda la jornada.
  • Teniendo en cuenta las capacidades de la persona, debe reducirse o aumentarse la carga de trabajo, calculando su volumen y el tiempo que exigirá.
  • Poner a disposición del trabajador las herramientas necesarias para que pueda manejar esa carga mental.
  • Es necesaria también una distribución equilibrada de las tareas.
  • Adaptar el puesto de trabajo para que sea lo más cómodo y agradable posible.

La carga mental va a depender siempre de las exigencias del puesto en cuestión y de la capacidad del trabajador de dar respuesta a la información que recibe, que a su vez estará condicionada por las características individuales. Es una cuestión básica que se debe tener en cuenta a la hora de planificar y gestionar la Seguridad y Salud en el Trabajo de una organización o empresa.

The post Tu problema tiene nombre y tratamiento, se llama “sisifemia” appeared first on Z 101 Digital.