Un pletórico Lasso entra en Quito con una batería de reformas

El presidente electo de Ecuador, Guillermo Lasso, se presentó este lunes en Quito con una batería de reformas para su gestión a partir del 24 de mayo, aunque privilegiará la salud, el empleo y la pobreza para comenzar a rescatar el país de sus ‘cuatro crisis’.

Pletórico aún por su elección este domingo en el balotaje frente al correísta Andrés Arauz, en el que era su tercer intento por llegar al Palacio de Carondelet, Lasso detalló ante un centenar de periodistas las que serán las líneas maestras de su administración.

‘Nuestro gobierno lo único que va a perseguir es luchar contra todos los factores que generan pobreza en Ecuador, esa será nuestra prioridad’, dijo al reunir en un mismo saco todos los componentes de la descapitalización del país y, en definitiva, del bolsillo de los ecuatorianos. Coronavirus incluido.

Victoria derechista en dos décadas

La de Lasso, que se impuso por 52,37 % a 47,63 %, con el 99,54 % del escrutinio, es la primera victoria de un presidente conservador desde hace dos décadas en Ecuador, un país donde la izquierda ha dominado la escena política con contundencia desde 2003.

Y aún con gran parte de la impronta del correísmo en sus leyes y regulaciones, las reformas que plantea el presidente electo no podían ser pocas ni leves.

La Ley Orgánica de Comunicación, la polémica Senescyt (órgano regulador de la educación superior), los arruinados Medios Públicos o el denostado Consejo de Participación Ciudadana (Cpccs), son solo algunos de los cambios que prepara para erradicar cualquier símbolo correísta que el actual presidente, Lenín Moreno, no haya terminado de cambiar.

Les siguen dotar de plena autonomía al poder judicial, aplicaciones fiscales para recapitalizar las finanzas públicas a través de la productividad, y tantas otras que, los cuatro años para los que ha sido elegido, parecen pocos para tanta reforma.

Pero hoy era día de agradecimientos, y el guayaquileño Lasso ha rendido tributo a aquellos que le han dado la victoria en 17 de las 24 provincias del país: la regiones de la Sierra andina y, mucho más sorprendentemente, la Amazonía.

‘He venido este primer día a la ciudad de Quito, la ciudad donde nació mi padre, para agradecer de manera particular a los quiteños, a Pichincha, a la Sierra ecuatoriana, a los pueblos y nacionalidades indígenas, que nos dieron su apoyo de manera arrolladora’, dijo al abrir su discurso.

Y a continuación, dentro de una nueva pose centrista y reconciliadora, reiteró su llamamiento a la unidad nacional para salir de las cuatro crisis que, dijo, vive su país: la sanitaria, la económica, la moral y la de seguridad ciudadana.

‘Todos los movimientos políticos están invitados a formar parte de un gobierno de unidad, sin sectarismos, pensando en el bien común y en el interés de solucionar los más graves problemas de la sociedad ecuatoriana: el hambre, la pobreza, la falta de empleo y la falta de oportunidades’, indicó.

El horizonte más crudo

Ecuador vive desde 2019 uno de los períodos más complicados de su historia reciente, con una deuda pública de casi 70,000 millones de dólares y una crisis socieconómica originada a raíz de la pandemia que ha sembrado pobreza y desempleo en cientos de miles de hogares: 1,2 millones de ecuatorianos, según Lasso, su prioridad.

Frente al endeudamiento, la receta del nuevo gobernante será la reactivación de la productividad; frente a la pobreza la creación de empleo; y frente al gran dilema de cómo reactivar la economía sin recursos, la inversión.

Ahí deberá rescatar su vasta experiencia como banquero, aunque los mercados internacionales le han hecho un primer guiño con una pronunciada bajada este lunes del riesgo país de 1,169 a 719 puntos.

‘Responde a una percepción, ahora tenemos que trabajar para que la percepción se convierta en realidad y logremos aun una mayor reducción porque 720 puntos sigue siendo alto. Necesitamos bajar las tasas de interés y todo comienza por el riesgo país’, explicó.

Un ex banquero para una maraña de problemas financieros a los que pone una cara más social, producto de sus viajes por el país y de la necesidad de echarse al centro político para ganar el balotaje.

En ese sentido abogó por que ‘el dinero mal habido se devuelva a las arcas fiscales’ mediante medidas para que ‘aquellos a los que le va bien en la vida, pero que no pagan impuestos, tengan que pagarlos, porque es dinero sagrado del pueblo ecuatoriano’.

‘He oído la indignación frente a la corrupción’, abundó en un discurso en el que prometió ‘no más persecución’ y en el que tendió la mano a cualquier ideología dispuesta a luchar por el futuro de los ecuatorianos, incluidos sus rivales del correísmo.

Vacunación antes que nada

Pero antes que nada, la tan necesaria vacunación: ‘es fundamental el proceso de vacunación y comenzaremos probablemente esta semana a definir los nombres para llevar a cabo ese proceso y lograr la meta de nueve millones de ecuatorianos en los primeros 100 días de Gobierno’.

El político centroderechista reveló que su futuro vicepresidente, Alfredo Borrero, ya está trabajando para ‘conocer las mejores prácticas’, y resolver el que es uno de los problemas más acuciantes del país.

‘La prioridad hoy, y no solamente en el campo de salud y social sino en el campo económico, es vacunar a los ecuatorianos. Necesitamos que pierdan el miedo y salgan a las calles con seguridad y tranquilidad, y así poder reactivar la economía’, sentenció.